19 de septiembre de 2011

Un profeta


Hoy comento la mejor película que he visto este verano. Sorprendentemente para mí, no es ningún taquillazo ni es una película ampliamente conocida por el gran público; no porque sea una película extraña, ni porque sea muy intelectual. La única razón para pasar desapercibida es que es francesa y no americana. A pesar de eso fue nominada a mejor película extranjera en la gala de los Óscar de 2010 –premio que ganó El secreto de sus ojos, también un largometraje increíble-, por lo que cualquier aficionado al cine habrá oído hablar de ella. No me enrollo más y voy al grano.


 Un profeta es una película del recurrente género de prisiones, con grandes obras como Cadena perpetua o en los últimos tiempos en nuestro país Celda 211. Como suele ser habitual, es difícil encasillar una buen film en un solo género, y Un profeta añade pinceladas de otras fuentes como las películas de gángsters o de desarrollo hacia la madurez –al estilo de Big,para  entendernos-. 
 Antes de hablaros del argumento,  he de decir que la película se extiende a lo largo de 2 horas y media pero a mí me mantuvieron entretenido; normalmente tengo la concentración de un pez de colores asi que ese dato podría resultar significativo. Y ahora ya vamos a la trama en sí: Malik El Djebena es un árabe de 19 años recién ingresado en una prisión francesa por asalto con arma blanca a un policía. En la cárcel hay dos grupos bien diferenciados: los árabes y los italianos. Malik no tiene ningún conocido en ningún bando y por lo tanto ninguna protección, eso lo convierte en el hombre perfecto para un trabajo que los italianos necesitan llevar a cabo. No os destripo más la película, no creo que haya llegado hasta un cuarto de hora siquiera de las 2 horas y media. 


 Por otro lado, también cabe destacar 2 cosas: la actuación del actor principal, Tahar Rahim, que ganó el Premio del Cine Europeo al mejor actor; y la rareza de ver a un árabe en una película francesa y que no sea el malo. Espero que os guste y os mantenga pegados a la pantalla, para mí Un profeta se merece un hueco entre las mejores obras de su género –cosa que no es fácil, las cárceles suelen dar lugar a buenas películas-. Un saludo
                                                                                                                    Carlos

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