5 de junio de 2011

La SGAE, los derechos de autor y sus implicaciones morales

Vuelvo con algo de actualidad y un documental para dar que pensar sobre ello. No sé si por coincidencia o por qué, en mis charlas de los martes con Xavi y Luisinho —acompañados, como siempre, del señor Cruzcampo y las señoras Patatas bravas—, tocamos el tema del plagio, la copia y la originalidad, y lo hicimos como motivo de esa provocativa, a la vez que genial, frase de Eugenio D’Ors “Todo lo que no es tradición es plagio”. 

Curiosamente esta semana el tema se pone de actualidad con el último single de Cold Play y su comienzo en plan “El ritmo de la noche”(Cold Play Noticia). Pensando sobre este tema he dado con un magnífico documental que retransmitió La 2 de Televisión Española y que podéis encontrar, por ejemplo, en pelculasyonkis, aunque estamos ante un documental de licencia libre que cualquiera puede visionar o descargar. 


La obra en cuestión se titula ¡Copiad, malditos! y es dirigido por Stéphane M. Grueso. En él se analizan los retos morales que plantea la revolución digital a nuestras creaciones o productos culturales. La aparición de las nuevas tecnologías pone en jaque el antiguo status quo de los derechos de autor y las políticas que los perpetúan, como por ejemplo, las de la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) en España. El realista discurso de Alex de la Iglesia tras abandonar la Academia de Cine sembró la polémica sobre el futuro del cine y se relación con internet. La sociedad avanza y muchos no parecen darse cuenta o, lo que es peor, no quieren que consiga este avance para no perder sus privilegios. Las instituciones que sustentan nuestras actividades tienen que dar respuesta al cambio: el derecho, el cine, las productoras… esta era la idea de Alex de la Iglesia diciendo que Internet es el futuro del cine —como lo es de todo— y también la del documental que aquí os presento.



Estamos ante un documental excepcional para forzar un debate razonado sobre un tema tan omnipresente y polémico como los derechos de autor y la utilización de las creaciones de los otros. No sólo por su carácter crítico —pues muestra las complicaciones y ambigüedades de los sistemas legales de gestión de derechos de autor— sino por su labor informativa, es más, estoy seguro que tras su visionado todos seremos capaces de dar una respuesta propia a preguntas, tan importantes, como: ¿Es la copia la génesis de la creación? ¿O más bien es un modo de actuar falso y mentiroso? ¿Tiene dueño la cultura?

Personalmente estoy de acuerdo con Eugenio D’Ors “lo que no es tradición es copia”, mientras la copia se haga de un modo moral —es decir, mientras no se haga un cortar y pegar completo— y reconocido, sino que se utilice como estímulo para crear algo nuevo y enriquecer la propiedad cultural de todos, ¿por qué no? El problema es el de siempre, las relaciones de poder y privilegios que subyace a todo cuanto encontramos en la sociedad, algo que el documental saca a la luz perfectamente. (Atención a la intervención de Leo Bassi, está loco pero a veces los locos tienen tanta razón). ¡QUÉ SIGA EL DEBATE!

Javi

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