16 de mayo de 2011

¿Cómo saber si una medida política va a funcionar?



Tiempo de elecciones, tiempo de tensiones. Nunca quisimos hacer que este blog entrara en cuestiones  política ni que mostrara hacia dónde nos decantamos lo que aquí escribimos, pero como fue pensado como foro de reflexión y ahora se acerca un periodo de elecciones de los más extraños que se recuerdan, sobre todo, por la enorme sombra de la crisis económica y sus consecuencias, creemos que no podemos quedarnos de lado ante esta realidad, así que voy a recoger un reciente artículo, How can you tell if a policy is working? Run a trial, publicado en The Guardian (-) que debate cómo podemos saber si las promesas políticas pueden ser viables o no.


Ben Goldacre se da cuenta desde un punto de vista muy pragmático —típico del mundo aglosajón, todo sea dicho— que muchas veces las decisiones políticas están dirigidas por  ideales y principios que sobre el papel son perfectos pero que, sin embargo, no cuajan a la hora de llevarse a la práctica. Esto en casos de políticas en países estables y sin urgencias —si es que los existen hoy en día— puede ser genial pero cuando hay necesidad de acertar sí o sí, por ejemplo, en las políticas de ayuda a países subdesarrollados se necesita más precisión. ¿Cómo tratar de conseguirla? Realizando ensayos a pequeña escala al igual que el científico con sus probetas y cachivaches. Para ello apela a dos libros publicados recientemente More Than Good Intentions y Poor  Economics que muestran ejemplos de ensayos llevados a cabo con éxito, sin embargo, el autor del artículo no nombra ninguno en concreto, simplemente defiende que para saber si una política va a funcionar o no, es tan simple como crear dos grupos al azar y aplicar a ambos dos políticas distintas a ver cuál de las variaciones funciona mejor. Según Goldacre dejémonos de complicadísimos estudios de comportamiento de grupos y poblaciones y hagamos simples ensayos con grupos de diez personas, una idea tan simple como sencilla que, a su juicio, no entra en la cabeza de los políticos por su simpleza y sencillez, ya que ellos necesitan algo más acorde con sus ideologías, más “elevado”.



Esta noticia hay que acabarla con el típico aviso legal, “Estrellando la Estrella” no se hace responsable de los contenidos e ideas que aparecen en algunas noticias de su blog. Buen ejemplo de espíritu pragmatista anglosajón pero ¿realmente es viable una extrapolación tan grande de diez personas a una población? ¿Es el ensayo el futuro de la política? ¿O más bien estamos de nuevo ante un caso de colonización de los métodos científicos en ámbitos que no tienen nada que ver con ello?  Debate de cara a las elecciones. 

Javi

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