1 de mayo de 2011

CURIOSIDADES: ¿Por qué le ponemos nuestro mismo nombre a nuestros hijos?

                                    
Esa misma pregunta que sirve como título debieron hacerse en la University of Illinois antes de realizar un estudio sobre el tema. Las teorías al respecto son múltiples, por ejemplo se piensa que desde un punto de vista evolutivo pudo servir para demostrar la relación de parentesco genético o aumentar el grado de cariño que los padres sentían por el hijo, aumentando así las posibilidades de supervivencia del mismo –pensando que es la madre quien nombra al niño-. Un curioso estudio de 1979 realizado por Furstenberg y Talvitie sirve como prueba de este hecho. En el mismo, se comparaba la ayuda que recibían los hijos de madres solteras por parte de sus padres. En el caso de los que llevaban el mismo nombre que el padre, no sólo recibían más apoyo económico sino que también tenían más contacto con el progenitor. Pero la teoría evolucionista no explica por completo el fenómeno, por lo que se buscaba darle un enfoque diferente.
La nueva perspectiva es hacer un análisis según la teoría de manejo del miedo. En concreto, el miedo que se examina es el miedo a la muerte. En la búsqueda de tener controlado este temor, intentamos encontrar formas de hacernos inmortales de una forma simbólica, ya sea ponerle nuestro propio nombre a nuestros hijo o descubrimientos, o el hecho de tener hijos –que se demuestra en otro estudio-.
La estrategia que se siguió en el experimento fue la siguiente: se comprobaban las intenciones de un grupo de controles de nombrar por su mismo nombre a su descendencia. A continuación se hacía lo propio con otro grupo al que se le había puesto en un estado de cierta ansiedad respecto a su propia muerte. Esto se consiguió haciéndoles escribir una redacción sobre su muerte –en el caso del grupo de control, escribieron sobre algún otro tema no relacionado-.
Aquí tenemos la gráfica que ilustra el resultado:



















En línea discontinua tenemos la intención de los controles de ponerle su nombre a sus hijos según su nivel de ansiedad. En la línea continua está el grupo al que se le hizo más consciente de su propia muerte. La diferencia es bastante grande. Abajo os dejo los artículos usados como fuente, todos en inglés.

Fuentes:
-Fritsche et al., 2007 I. Fritsche, E. Jonas, P. Fischer, N. Koranyi, N. Berger and B. Fleischmann, Mortality salience and the desire for offspring, Journal of Experimental Social Psychology 43 (2007), pp. 753–762
-Furstenberg and Talvitie, 1979 F.F. Furstenberg and K. Talvitie, Children’s names and parental claims: Bonds between unmarried fathers and their children, Journal of Family Issues 1 (1979), pp. 21–57.

                                                                                                 Carlos

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