18 de mayo de 2011

“Puedo saborear tu ADN”, la importancia de los besos


Con este título tan interesante se presenta la noticia de hoy, que gira en torno a un estudio presentado en la Feria Online de la Ciencia organizada por Google (Google's Online Science Fair). Puede parecer una tontería pero la idea de que podamos captar los genes de los otros por medio de nuestros cinco sentidos —especialmente el gusto y el olfato— es, cuanto menos, interesante, aún más si se relaciona con las cuestiones reproductivas, el primer beso cobra aún más importancia si esta teoría se demostrara cierta.
Este estudio está elaborado por Georgy Brondy, una británica que trata de demostrar la hipótesis: “podemos asegurar la compatibilidad genética con otras personas a través del gusto”. Esta idea tiene sus bases científicas, no se trata de ninguna locura, y está fundada en el estudio de los genes HMC, una familia de genes que se encuentra en los animales vertebrados que codifican proteínas que tienen que en su mayoría tienen que ver con el sistema inmunológico pero no se sabe exactamente la función del resto. 




Pruebas en animales muestran que ciertos tipos de ratones y peces siempre eligen parejas cuyos genes HMC son muy distintos a los propios, evitando así la endogamia y la diversidad genética de su descendencia. Georygy trata de mostrar si eso también sucede inconscientemente en los humanos. Según ella, la afinidad por olfato es la más propia de los hombres —la cual está  científicamente estudiada— pero, puesto que éste órgano está muy interconectado al del gusto, ¿por qué no iba a tener éste también una función importante? ¿No identifican los niños a ciertos adultos chupándoles el dedo?


Para probar su hipótesis pidió a cinco hombres que evaluaran su afinidad con el sabor y olor de cinco mujeres para ver si ambos gustos coincidían. Lo hicieron sólo en los casos extremos, es decir, cuando resultaban extremadamente atractivas —o lo contrario— para ellos. El número de sujetos es muy pequeño para que este experimento sea estadísticamente y científicamente relevante pero esa aparición de resultados extremos, que indicarían una fuerte correlación en algunos casos, deja la cuestión abierta a futuras investigaciones. Esta joven investigadora prosigue con sus pruebas, en unos meses podremos ver cuánto de importante es ese primer beso para nuestro receptores químicos, y si ello puede tener influencia en el tipo de sustancias que nuestro organismo segrega cuanto nos sentimos atraídos por alguien. Continuará…

Javi

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