12 de abril de 2011

LIBRO: Pulp, esta vez sin fiction

La última obra literaria de la que hablé fue Tokio Blues. Para no ser cursis, cambiamos de tercio y de continente. En un instante llegamos a Estados Unidos y divisamos al autor del libro que tenemos entre manos; Charles Bukowski, el estandarte del realismo sucio. Hablamos de Pulp, una novela que tiende a recibir opiniones divididas. Hay quien la califica de obra maestra y quien dice que no vale un duro.
Bukowski, autor del libro. Era un pieza

Nick Belane es un investigador privado que lleva siglos sin trabajo. Su casero le va desahuciar en poco tiempo. Y justo en ese momento, le empiezan a llover los casos: un hombre que quiere comprobar si su mujer le engaña, extraterrestres e incluso la Muerte desea encontrar a alguien que se le ha escapado. Lo que pasa es que Nick prefiere pasarse el día emborrachándose que investigando. Cuando le hacen un encargo, pide dinero por adelantado para irse al bar. Me pareció un protagonista curioso y a pesar de ser un cabrón hasta le cogí un poco de cariño. 

Una de las cosas que se le critican a este libro es que no se sabe lo que quiere decir el autor. Las historias de las que se compone no tienen ni pies ni cabeza. Parece intuirse un fino ataque a la novela negra pero no es nada sólido y tangible. Todo eso no se puede negar. Pero una novela es algo artístico. No tiene porque entenderse cada detalle para disfrutarse. Esa es la razón por la que en absoluto me parece una mala obra. Bukowski utiliza un lenguaje malsonante, el personaje protagonista es muy peculiar y toda la historia también. Pero tiene un encanto particular que hace que merezca la pena echarle un vistazo. Al menos podéis comprobar si lo que se dice es cierto y estamos ante una mierda pinchada en un palo -versión escrita-.
                                                                                                Carlos

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